jueves, 25 de octubre de 2012

La búsqueda de la felicidad




                                                    

Esta sencilla afirmación me remite a una reflexión sobre la asunción de la propia responsabilidad en la búsqueda de la felicidad de uno mismo.

¡¡ Me encanta !! el mensaje: "no esperes a que las cosas te sucedan, haz tú para te lleguen, encontrarlas o sentirlas". Y si lo que está en tu vida no te hace feliz: ¿qué puedes hacer, cómo puedes hacer para cambiarlo si es posible, o afrontarlo, asumirlo o aceptarlo de una forma que la felicidad sea compatible con tus propias circunstancias personales o vitales?. Importantes cuestiones que pueden revelarte signitificativos darte cuenta propios (quizá en el inicio de búsqueda de algo novedoso sanador para ti).

El paso de la posición de víctima,  a la acción para el cambio y el bienestar.

domingo, 21 de octubre de 2012

Me doy permiso para perdonar y perdonarme



                                                  

En ocasiones puede surgir una necesidad de soltar algo, de dejar ir , de no quedarse amarrado a asuntos que llevan demasiado tiempo con nosotros, al hábito de la tortura de no perdonarse o de culparse ante los sucesos (en ocasiones naturales del transcurso la vida, otras de los errores del dia a día...). Si esa es tu necesidad en estos momentos, quizá este poema pueda ayudarte a reflexionar sobre tu rencor, el odio, el perdón, qué necesitas, cómo te sientes con lo que estás viviendo, si ha llegado tu momento de perdonar o hay gestalts abiertas sobre algún tema personal en concreto...

Te dejo con el poema, y el camino que para ti se abra (o puede que todo lo contrario: comience a cerrarse) con su lectura.

Me doy permiso no sólo para
perdonar a otras personas
sino también –y especialmente-
para sentir que soy perdonado
y para perdonarme yo mismo
mis equivocaciones.

Todos cometemos errores
infinidad de veces y,
en muchas ocasiones,
nos cuesta aceptar que los otros
yo no tienen en cuenta
nuestro error pasado
y que lo pasado, pasado está.

No nos permitimos aceptar
el perdón porque de esa manera
continuamos automartirizándonos
y dándonos importancia:
es una forma de hinchar nuestro ego
que nos cuesta realmente cara
ya que el autoodio y el autodesprecio
nos minan la salud, la energía,
la autoestima.
El autodesprecio boicotea
nuestras mejores posibilidades.

Decido relativizar
las cosas y las situaciones,
aceptarme como un ser no perfecto
y aceptar a los otros
con sus imperfecciones.
Perdono y  olvido
-me quito cargas de encima-
y acepto el perdón
y el olvido de los otros
respecto a mis errores.

Dado el ideal de perfección en el que
fuimos educados, y dada la imposibilidad de cualquier ser humano
para alcanzar un ideal tan exigente,
no existe un anhelo mayor
-más circulante en nuestras arterias
y más instalado en nuestros huesos-
que el perdonar y ser perdonados.

Cuando mantenemos el resentimiento
¿a quién estamos negando
el perdón realmente?:
¡a nosotros mismos!.
Es a nosotros a quién
no perdonamos porque no somos
capaces de asumir que, en algún
momento de nuestra vida, no fuimos
suficientemente fuertes o inteligentes
para impedir que nos hicieran daño.
Estamos irritados contra
nosotros mismos.
En consecuencia: perdonar
es sobre todo perdonarnos.

Aceptar el perdón y entregarlo
es aligerarnos la vida,
dejar de autoamargarnos
y autoreprocharnos;
es aceptar que todos
-¡también nosotros!-
Merecemos una, dos, tres, cien
oportunidades más.

¿Perdón?: para todos.
Para mí, para ti compañero
o compañera de humanidad
que has coincidido conmigo
en este tiempo y en este
espacio del cosmos.
No más condenas.

                                       Poema del libro "Me doy permiso para ..." de Joaquín Argente


viernes, 19 de octubre de 2012

Presentación del Blog "PSICOLOGÍA PERINATAL Mar García Bernabeu"







   Es un gusto presentaros  mi nuevo Blog, especializado en  Psicología Perinatal (Psicología centrada período vital que abarca desde la concepción, pasando por el embarazo, el parto, postparto inmediato y crianza del niño en sus dos primeros años de vida): "PSICOLOGÍA PERINATAL Mar García Bernabeu", que es "mi bebito" recién parido, creado con mucho cariño, y que aún "está en pañales". Os invito a visitarlo, conocerlo, y a enriquecerlo con vuestros comentarios o aportaciones, especialmente a todas las personas que sintáis fascinación por todo lo que rodea al mundo de la maternidad y paternidad.

A partir de este momento los artículos específicos referentes a  APEGO, EMBARAZO, PARTO, DUELO GESTACIONAL Y PERINATAL, PUERPERIO, CRIANZA Y MATERNIDAD/PATERNIDAD los publicaré en este otro Blog, por lo que si quieres consultar más información al respecto, es a este enlace al que debes dirigirte.

                                            

martes, 16 de octubre de 2012

Mecanismos de Interrupción del Ciclo de Contacto: 1.INTROYECCIÓN




  CICLO DE CONTACTO  
Sensación --Simbolización--Dirección--Excitación--Acción--Contacto--Satisfacción--Retirada del contacto--Asimilación


En esta entrada os hablo de un concepto de la Terapia Gestalt: la INTROYECCIÓN.

En Terapia Gestalt trabajamos con tres funciones o estructuras del self: el Yo, el Ello y la función Personalidad y a través de las cuales en un caso simple, espontáneo y sano para la persona, constituye las etapas principales que entran a formar parte de sus ajustes creativos a su realidad y entorno, es decir de su experiencia de contacto organismo-entorno ante cada situación vivenciada en su proceso de autoregulación organísmica.

A partir de la función ello, el yo (o ego)  elige, y cuando esta experiencia ha sido vivida por la persona, le lleva a alimentar su función personalidad (todas sus representaciones de quién es ella misma según su propia experiencia/vivencia). Sin embargo, como en el caso de una neurosis, cuando hay una perturbación de la función ello, o personalidad, el yo de la persona estará “perdido” y estas funciones, que actuaban en el ciclo de contacto a través de unas modalidades de contacto a modo de mecanismos sanos/adaptativos, pasan a convertirse en los conocidos como: mecanismos neuróticos, de interrupción del contacto o de defensa (rigidificados) de la persona, interrumpiendo el ciclo del contacto a través de interrupciones del desarrollo espontáneo de éste (que más arriba veíamos a modo didáctico).
          


                INTERRUPCIONES DEL CICLO DE CONTACTO                             (Confluencia neurótica  // Introyección // Proyección //  Retroflexión // Egotismo )                                                   

Hoy vamos a ver una de las modalidades de interrupción del contacto. Repito, hablaré de cuando así funcionan estos mecanismos en la persona en situaciones, por ejemplo, en que se da un “yo neurótico” a partir de perturbaciones en las funciones ello o personalidad del individuo, que van restando espontaneidad a la persona y rigidizando sus percepciones, sus darse cuenta de su realidad, sus elecciones y rechazos, su capacidad de realizar nuevas acciones sanadoras (dándose habitualmente “respuestas obsoletas” que ya no funcionan a la persona) ... como en los casos de una persona neurosis (cuando hay una pérdida de la orientación; una perturbación de una parte de la conciencia de las necesidades de la persona, aunque las necesidades siguen estando en ella, cuando se pierde la capacidad de hacer ajustes creadores o creativos…). En estos casos hay algo “patológico” en el sentido de que el sujeto ya no puedo no hacer lo que hago (y en sus elecciones, sus valores, su personalidad la persona vive repleta de costumbres no cuestionadas, de automatismos paralizantes para ella misma…) y tampoco puedo dejar de hacer como lo está haciendo.


Veamos en palabras de Ángeles Martín, que de forma muy didáctica expone en su libro “Manual Práctico de Psicoterapia Gestalt”, este concepto de introyección.

“El ser humano crece mediante el ejercicio de la capacidad de discriminar, de diferenciar, de elegir y de actuar para satisfacer sus necesidades. Esto se consigue mediante el intercambio continuo entre el organismo y el ambiente, lo cual puede verse distorsionado, en cuyo caso resultaría afectado su buen funcionamiento.

Es fácil observar el proceso de crecimiento mediante la desestructuración, la digestión y la asimilación desde el punto de vista fisiológico. Crecemos y nos mantenemos vivos mediante los alimentos que masticamos y digerimos. El alimento físico, una vez digerido y asimilado, pasa a formar parte de nosotros mismos, convirtiéndonos en huesos, músculos, sangre. Aquellos alimentos que tragamos o engullimos, no porque queremos sino por obligación o por cualquier otra causa, permanecen pesadamente dentro del estómago provocándonos incomodidad, deseos de vomitar y ganas de expulsarlos de nuestro interior. Si reprimimos nuestras náuseas y deseos de deshacernos de ellos, entonces logramos finalmente digerirlos dolorosamente, a veces nos intoxican, llegando al empacho o al cólico.

El proceso psicológico de la asimilación es  muy parecido al proceso fisiológico. Así, por ejemplo, los conceptos, los patrones de conducta, valores morales, éticos, estéticos, políticos, etc., proceden todos del mundo exterior. Y no parece que haya nada que, de algún modo, no proceda del ambiente, como tampoco hay nada del ambiente para lo cual no haya una necesidad organísmica, ya sea ésta física, fisiológica o psicológica. Sin embargo, todos estos conceptos o valores tienen que ser digeridos para convertirse en propios, en partes integradas y que formen parte de nuestra personalidad. Pero si sencillamente aceptamos todo sin críticas, si aceptamos las palabras de los otros, ya se por deber o por ser de buen gusto o educación, entonces permanecen pesadamente en nosotros, como los alimentos sin digerir; continúan siendo cuerpos extraños aunque estén en nuestras mentes y en nuestras conductas. A estos modos de actuar: actitudes, ideas, juicios o evalucaciones sin digerir se los llama INTROYECTOS, y el mecanismo mediante el cual estos cuerpos extraños se agregan a la personalidad se llama INTROYECCIÓN.

La introyección es el mecanismo neurótico mediante el cual incorporamos dentro de nosotros patrones y modos de actuar y pensar que no son verdaderamente nuestros. Y si durante nuestra infancia es un mecanismo de aprendizaje, ya que el niño utiliza la identificación para el aprendizaje y el crecimiento, la introyección indiscriminada lleva a la neurosis."

Nota: Imágenes tomadas de la Revista Gestalt.net

miércoles, 10 de octubre de 2012

El poder del NO del recién nacido al adulto




                                                                                     


Recientemente he leído un artículo que me resultó muy interesante su lectura pues auna  mis dos pasiones en relación al mundo de la Psicología: la Terapia Gestalt y el análisis del desarrollo de la personalidad del bebé desde su nacimiento (que identifico formando también como parte intregrante de  la Psicología Perinatal). Está escrito por Antonio Sellés, en Cuadernos Gestalt (Revista de estudio y reflexión sobre Terapia Gestalt) y lo titula "El poder del NO". Os dejo con el artículo y os invito a compartir conmigo vuestras reflexiones a partir del mismo. El subrayado y el texto resaltado en lila es mío, igual que las notas que añado.

El ser humano accede automáticamente al "si", su trabajo vital es la construcción del "no".
Venimos al mundo muy indefensos y dependientes, el bebé que fuiste no tenía otra opción para sobrevivir que el SI.


En efecto, todos venimos en un estado primordial, ideal, de plenitud, es el estado intrauterino, un lugar y un tiempo en el que todo está completo, nada hace falta, no existe siquiera la posibilidad de necesitar algo, todo está dado y disponible en el mismo momento en el que aparece el mínimo desequilibrio que requiere una regulación. En estas condiciones el SI es algo consustancial, no hay otra posibilidad.

Al nacer, el bebé sigue con esa inercia y todo lo que los adultos hagamos con él será recibido, no tiene ningún poder para resistirse, es la estrategia de la evolución, lo contrario pondría en serio peligro la supervivencia. El primer matiz lo empezamos a vislumbrar con el llanto: una respuesta bastante indiscriminada, sirve para todo (cualquier desequilibrio se revela con él) y como contrapartida, no sirve para nada, no ofrece una resistencia adecuada, pero ya es una mínima definición de quién es el individuo y de qué quiere. Muy pronto el bebé aparta la cara hacia los lados cuando ya no quiere mamar más, es un reflejo (quizás más biológico que voluntario), pero señal de que algo empieza a empujar en ese pequeño, para poner claro que sabrá negarse.
(Nota: considero erróneo que el bebé recién nacido esté inhibido/incapacitado para el no, para resistirse,sino que desde recién nacido está dotado para  comunicar con sus "NO".De hecho estas primeras manifestaciones de llanto le transmiten a una madre o figura maternante sensible a esta comunicación,que hay una necesidad no satisfecha en el bebé, y que debe ser atendida, por tanto, poniendo énfasis en su capacidad de comunicarle algo, desde su estado de fusión emocional con su madre. Por ejemplo cuando el bebé sigue llorando tras darle su mamá de mamar, sin ser esta la necesidad que muestra el recién nacido, éste sigue manifestando que algo no funciona bien, con su llanto, hasta que la madre da con la necesidad de su bebé y la satisface. Es decir, tiene la capacidad de transmitir, con su "NO, mamá sigo llorando porque esto no es lo que me pasa, lo que necesito", que no cualquier estímulo o cuidado le vale, que es otra su necesidad la que debe ser vislumbrada y atendida).




Ahora bien, el niño empieza a desarrollar una mínima autonomía, puede caminar, alcanzar lo que quiere, escapar, empieza a controlar sus esfínteres o a discriminar lo que come. Así, poco a poco, va descubriendo que puede negarse y que este acto, el "no", le afirma frente al otro, los padres por ejemplo. Una afirmación personal (a partir de la negación hacia el otro), que el niño desarrollará con intensidad en una etapa que suele ser bastante incómoda para los padres, cerca de los 2 años, ya que cualquier propuesta será recibida con un "no" contundente y exasperante.


Es el poder del NO. Empieza una etapa crucial para el desarrollo de la personalidad del niño y para permitir su capacidad de explorar el mundo y de relacionarse con los demás. Pero también es una etapa difícil, el niño todavía no sabe, no tiene autonomía, depende en mucho de los padres y otros adultos y su actitud de negarse lo confronta con ellos. Para los padres, ante el "no" del niño, surge un automatismo, como si fuese la única conducta posible: oponerse, mantener los criterios del adulto, doblegar esa rebeldía incipiente del pequeño. Es el "no" del adulto, su propia rebeldía, al servicio de la educación.
(Nota: considero imprescindible añadir que en el planteamiento del "no" del adulto, es básico que se dé inicialmente una escucha auténtica/empática de la necesidad que el niño/el bebé incluso, le está queriendo comunicar a la madre, al padre, o adulto de referencia. Es decir que el adulto esté pendiente de analizar qué esté sucediendo para que el niño diga no, qué hay tras éste: una señal de cansancio, una necesidad de atención que debe ser respetada quizás a través de la satisfacción de su demanda real sea ésta de cariño, de descanso, ... Es decir, no es un "no" indiscriminado, de yo gano y tú pierdes presentado/vivenciado en forma de lucha de poder, sino que es importante que se atienda a cada situación concreta en que, por ejemplo, el no del niño aparezca modo de "rabieta").

Pero es una confrontación desigual, si el adulto no lo cuida, aplastará el "no" del niño, creando un niño y, probablemente, un adulto sumiso, acabará con sus capacidades de elegir, de saberse distinto, de salir de la norma impuesta, de pensar por sí mismo... Pero si el adulto se inhibe, el niño crecerá sin el límite de los demás, sin la resistencia que hará crecer su propia fuerza. He aquí el dilema: educar y ajustar o liberar y permitir. Y este dilema continuará en el adulto.


Muchas de las formas adultas de posicionarse frente a los demás y sus demandas, están apoyadas en el resultado de la interacción que el niño y los adultos han vivido en esos momentos, de la forma de resolver el dilema. Necesitamos mantener el "poder del no" y aprender a compartirlo con el  "si": negociar, adquirir habilidades, elegancia, cuidado del otro, etc. Pero sin perder la claridad del mensaje: un "no" debe seguir siendo un "no", claro, identificable, comprensible.


El "no" pasa a ser, así, un modo de definirse, de diferenciarse valientemente de la fusión primordial y regresiva; un modo de ex-istir, vivir afuera, en el mundo. El poder del "no", es el posicionamiento propio, frente a los demás, en el espacio público; un modo de aparecer y quedar expuesto. Requerimos del poder del "no" para habitar ese espacio-tiempo que, en toda relación, está entre el tú y el yo: un lugar y un momento que se mantiene en tensión para hacer posible el contacto y para limitarlo.


Cuando el "no" está desprovisto de poder, cuando es sólo una impostura, una simulación, la frontera-contacto es débil, los límites se difuminan y tan fácilmente nos quedamos cortos, no estamos verdaderamente con los otros y ellos con nosotros; como invadimos o nos invaden, quedando demasiado exhibidos en lo social. De cualquier modo, el resultado es frustrante, hay decepción, soledad...


Este momento es también tu momento: “llorar”, protestar, quejarse, para señalar que algo no está bien; apartarse cuando ya es suficiente o no queremos lo que se nos ofrece; explorar lo desconocido que hay justo en la frontera de la norma; desafiar lo que se espera o se recomienda; definirse frente al otro, mostrar lo que se es y lo que se tiene. Asumir riesgos. El poder del “no”.

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Si estás interesado en consultar más información sobre Apego, Embarazo, Parto, Puerperio, Crianza, Maternidad-Paternidad, Duelo gestacional y perinatal, y Reproducción Asistida, puedes hacerlo visitando mi nuevo Blog "Psicología Perinatal. Mar García Bernabeu", con nuevos artículos publicados sobre estas temáticas.


jueves, 4 de octubre de 2012

Neurobiología del Parto y del Apego por Ibone Olza



                                                                       

En este post comparto con vosotros un vídeo de una conferencia de Ibone Olza, Psiquiatra Infantil y Perinatal, en el Congreso Internacional Virtual de Matronas, en junio 2011, titulada Neurobiología del Parto.

En esta conferencia desarrolla ampliamente conceptos como:
-La neurobiología del apego,
-La psicología del parto, y
-La psicopatología (o alteraciones que pueden provocar psicopatología en todo el proceso del parto y de esta forma en el inicio del proceso de apego madre-recién nacido).



                                      
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Si estás interesado en consultar más información sobre Apego, Embarazo, Parto, Puerperio, Crianza, Maternidad-Paternidad, Duelo gestacional y perinatal, y Reproducción Asistida, puedes hacerlo visitando mi nuevo Blog "Psicología Perinatal. Mar García Bernabeu", con nuevos artículos publicados sobre estas temáticas.


martes, 2 de octubre de 2012

Desarrollo del apego






En una anterior entrada titulada "El vínculo del apego" (http://gestaltmar.blogspot.com.es/2012/09/el-vinculo-de-apego.html) os hablé del concepto de apego, y enuncié una introducción sobre las fases del desarrollo de este vínculo afectivo en un desarrollo normal. En este post voy a desarrollar con más detalles estas 4 etapas que os nombré.

TEORÍA ETOLÓGICA SOBRE EL APEGO (John Bolwby) (continuación)

Es relevante matizar que esta separación cronológica es orientativa, es decir, no debe ser tenida en cuenta de forma rígida  o estricta, sino que puede variar adelantándose o retrasándose en cada bebé en particular, en función de sus características propias, de  las condiciones de su entorno (en el que se desarrolla) y de la interacción de ambos (organismo-entorno).

APEGO

0 – 6  MESES

-Desde el nacimiento a las 6 semanas: FASE DE “PRE-APEGO”.
El bebé, en esta etapa, tiene preferencia por los estímulos humanos, y en especial por los elementos que constituyen el rostro humano. Se puede decir que en este período existe una orientación hacia las personas en general, sin reconocimiento de las figuras concretas que lo cuidan.
A esta edad, los bebés reconocen el olor y la voz de su madre, pero no se puede hablar todavía de apego ya que si reciben el cuidado que necesitan se quedan tranquilos sea cual sea el adulto que se lo proporcione.

-Entre las 6 semanas y los 6-8 meses: FASE DE FORMACIÓN DEL APEGO
El bebé manifiesta preferencia por las personas que le son familiares e interactúa de forma privilegiada con ellas sin rechazar todavía a desconocidos. La interacción privilegiada se produce generalmente con la madre.
Son pruebas del reconocimiento de la madre por parte del niño: la sonrisa diferencial y las vocalizaciones diferenciales. Es decir, el niño sonríe y vocaliza más en presencia de su madre que con otras personas. También llora más cuando es ella quién se marcha (llanto diferencial), y deja de hacerlo con mayor facilidad si es la madre quién lo atiende y lo consuela (interrupción diferencial del llanto). A esto se le llama llanto diferencial  e interrupción diferencial del llanto.

Es decir, en general en este período amplio de los 0 a los 6 meses nos encontramos que el  bebé  se siente inclinado a los estímulos sociales, busca contacto con personas y prefiere a su madre, padre u otro familiar, aunque no rechaza a desconocidos.  El llanto sirve como forma de buscar el contacto de la figura referente de apego y cesa cuando el bebé está en brazos, se le habla, hay contacto visual, etc. O dejará de llorar cuando no le cojan, pero por indefensión (que finalmente puede convertirse en aprendida si hay repetidas experiencias de llanto y no atienden a éste). El bebé si llora es porque necesita el contacto, es una necesidad primaria, básica para él.


6 –8/9 MESES  hasta los 18 meses aproximadamente

Entre los 6-8 meses y los 18 meses se da la FASE DEL APEGO BIEN DEFINIDO. A los 8 meses los niños muestran lo que se ha denominado ansiedad de separación: que aparece cuando la figura de apego se aleja. Asociado a esta ansiedad de separación aparece el miedo a los extraños. Es frecuente que a esta edad los niños lloren ante una persona desconocida y busquen refugio en la figura de apego.
En este sentido, es habitual que los bebés que acuden a la guardería a los 6 meses se queden más tranquilos cuando la madre se marcha, que aquellos que ya tienen un año. Muchos de estos niños de un año, en el momento de la despedida se apegan a su madre, lloran y gritan para intentar que no se marche y permanezca junto a ellos.

Es decir, aparece la ansiedad de separación ante los extraños. Esto es algo saludable que el bebé lo haga, es adaptativo, y saludable porque empieza a reconocer quién es de su familia y quién no.
La aparición del sistema del miedo va a hacer desaparecer la conducta exploratoria del bebé, y el aumento de las conductas de apego (con la mamá o figura maternante de apego del bebé) ante extraños. Agarrándose así el bebé a la pierna de la mamá, en presencia ante un extraño, hasta sentirse seguros. ¡¡ Resaltar que no es que se trate de que sea un bebé tímido o miedoso como escuchamos a veces, sino que está teniendo una conducta de apego hacia su madre en presencia de extraños !!. Por ello es importante en estas situaciones no exigir al niño que se vaya con extraños, porque no está preparado para eso, a nivel evolutivo, en este momento de su desarrollo.
Por ello, cerca de los 8 meses es la peor edad para meter a un niño en la guardería, porque es cuando más desarrollado tiene el apego.

ANSIEDAD DE SEPARACIÓN: Resistencia a separarse de la figura de apego, aparece entre la edad de los 6-9 meses, alcanza su pico máximo entre los 13 y los 15 meses, y empieza a disminuir a partir de los 18 meses.
Tanto la ansiedad de separación como la ansiedad ante los extraños es un sistema evolutivamente determinado que tiene la función de proteger de peligros a los niños pequeños. Es una etapa normal y sana del desarrollo evolutivo del bebé.


18 – 24 MESES

FASE DE FORMACIÓN DE UNA RELACIÓN RECÍPROCA
A lo largo de todo su desarrollo, el niño va construyendo representaciones mentales de los objetos, las personas y los fenómenos que conforman su entorno. En esta fase ya se ha elaborado una representación interna del vínculo de apego establecido y tiene una serie de expectativas sobre su disponibilidad en momentos de estrés, la sensibilidad de la figura de apego hacia sus necesidades y la posibilidad de recibir su apoyo si le hace falta.
La formación de una relación recíproca se inicia hacia los 18 meses. Las nuevas capacidades mentales y lingüísticas del niño de esta edad permiten que la interacción con las figuras de apego evolucione y sea menos asimétrica. Hacia los dos años, por ejemplo, el niño ya puede entender y preveer que su madre volverá después, y le puede pedir, por ejemplo, que le cuente un cuento antes de irse a trabajar.

 No es hasta esa edad también que los bebés entienden por completo el “te dejo aquí y vuelvo” (lo que les permite quedarse más tranquilos cuando esto sucede y se lo explicamos así) : es la permanencia del objeto (de Piaget).

La existencia de múltiples y variadas figuras de apego, a medida que el niño va creciendo, ofrece mayor riqueza de estímulos y modelos diferentes de relación (de estar, de vincularse, de comportarse).


Es relevante tener en cuenta que la figura de apego principal varía a lo largo de la vida: papá/mamá en la infancia, iguales en la adolescencia, pareja en la edad adulta, etc.

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Si estás interesado en consultar más información sobre Apego, Embarazo, Parto, Puerperio, Crianza, Maternidad-Paternidad, Duelo gestacional y perinatal, y Reproducción Asistida, puedes hacerlo visitando mi nuevo Blog "Psicología Perinatal. Mar García Bernabeu", con nuevos artículos publicados sobre estas temáticas.


 
                                                                       
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